Le Bessat

El poblado de Bessat, el más numeroso y más distante de La Valla, a cerca de 1.200 metros de altitud, supone un problema: para llegar allá, son necesarias dos horas de caminata. Por quebradas, peñascos y desfiladeros peligrosos en invierno y a menudo intransitables.

El hermano Laurent (Jean-Claude Audras) se responsabiliza de la misión de catequizar esa población, parece que a partir del día de Todos los Santos de 1819. El hermano Laurent se alojaba en casa de un campesino del Bessac. El mismo se preparaba la comida: una sopa que hacía por la mañana para todo el día, a la que agregaba algunas papas y un poco de queso. Todos los jueves baja a La Valla a abastecerse de patatas, queso y pan.

Por la mañana y por la noche, armado con una campanita recorre el pueblo al igual que hacían los hermanos de la Doctrina Cristiana desde el siglo XVI en Italia. Cuando los niños estaban reunidos alrededor de él, les enseñaba las oraciones y el catecismo, y también la lectura. A su paso, los adultos se descubrían con respeto. Al catecismo propiamente tal, añadía la enseñanza de la lectura.

Los domingos reunía a todos los habitantes en una capilla para la oración de la noche, el canto de un himno sagrado y la lección de catecismo; explicaba a esos rudos campesinos la manera de santificar sus acciones, sus sufrimientos y su pobreza.

El hermano Laurent no habría cambiado su puesto por nada en el mundo. Un día que hacía mucho frío y había casi un metro de nieve, Champagnat lo acompañó un trecho y le dijo:

– Hermano, usted tiene un trabajo muy duro.

-¿Duro?, nada de eso, lo encuentro muy agradable, pues tengo la absoluta certeza de que Dios cuenta nuestros pasos y pagará con gran generosidad todas las penas y fatigas que sobrellevamos por su amor.

–  ¿Ud. está, pues, muy contento con ir a enseñar el catecismo y dar clase en  ese pueblo difícil?

–  No cambiaría mi empleo ni por todos los bienes del mundo.

–  Pero reconozca al menos que hoy es un día pésimo.

–  No, Padre, es uno de los más hermosos de mi vida.

El rostro del hermano Laurent estaba radiante y de sus ojos cayeron unas lágrimas de felicidad. Marcellino Champagnat no tenía nada de romántico y prácticamente no lloraba nunca; sin embargo, ese día, muy emocionado, a duras penas pudo contener sus lágrimas.

Le bessat: el espacio educativo y permacultural de la casa provincial

Se toma el nombre de Le Bessat de la comunidad donde el Hermano Laurent nos recuerda algo esencial del carisma Marista, Educar y Evangelizar de formas tan sencillas y en cualquier lugar que llenan de gozo el corazón.

 

Huerto y bosque comestible

Los primeros trabajos inician en 2014 y con el paso de los años se convierte  en un espacio demostrativo y de producción de  alimentos para los visitantes de la Casa Provincial. 

TECNOLOGÍAs

Se implementaron sistemas de captación pluvial, sistemas foto-voltaicos, compostas y calentadores solares.

Visitas

Recibimos grupos de escuelas y organizaciones interesadas para recorridos guiados, talleres, platicas y demás.